Trabajo en el Centro Provincial de Recursos y Actividades Educativas de Iasi, Rumanía, y mi estatus es el de profesor. Mi actividad se lleva a cabo en una escuela secundaria muy potente en Iasi – El Colegio Nacional de Iasi y en un jardín de infancia (Sf. Sava jardín de infancia de Iasi).
Mis actividades son amplias e incluyen: asesorar a estudiantes, padres y profesores sobre cuestiones relativas al conocimiento / autoconocimiento de los estudiantes, ayudar a los estudiantes a adaptarse a los requisitos escolares, optimizar las siguientes relaciones: padres – hijos, alumnos – profesores, familia escolar, la prevención / disminución del estado de malestar psicológico, la orientación profesional para los alumnos, el examen psicológico de los alumnos (a petición de la escuela, los padres, la inspección escolar), la organización y realización de algunos programas de orientación profesional para los alumnos, incluidos los niños de las zonas rurales y los que se encuentran en otras situaciones que inducen una desventaja socioeconómica y cultural, la iniciación psicopedagógica de los padres para una mejor comprensión de los niños y la mejora de su comportamiento educativo; la recopilación de datos (junto con otros organismos especializados) sobre la dinámica de las profesiones en el territorio y su uso en el trabajo de asesoramiento y orientación.
Me licencié en la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación y tengo un máster en Relaciones Humanas y Comunicación y he trabajado durante más de 20 años en el campo del asesoramiento escolar. Los principales retos de mi profesión son los relacionados principalmente con mis habilidades para responder a las necesidades de los beneficiarios, teniendo en cuenta las particularidades de cada generación y la capacidad de crear conexiones buenas y duraderas con todos aquellos que necesitan ayuda y asesoramiento. Dentro de la escuela, existe la Oficina de Asesoramiento y Asistencia Psicopedagógica, donde llevo a cabo mi trabajo: tanto sesiones de asesoramiento individual, como sesiones de asesoramiento en grupo o colectivas. A veces mi agenda está muy apretada y no consigo cubrir las solicitudes existentes y las personas que necesitan mi ayuda tienen que esperar, dependiendo del horario. A menudo los temas que tengo que cubrir en un día varían mucho, desde la orientación académico-profesional a alumnos mayores de bachillerato hasta los conflictos interpersonales en las clases de alumnos más pequeños, la prevención de conductas de riesgo o fenómenos específicos de acoso escolar, los problemas de aprendizaje o los riesgos del consumo de sustancias. En todo momento tengo que estar preparado para escuchar a la persona que tengo delante y poder apoyarla en la resolución del problema que tiene, lo que puede ser muy exigente y agotador. A menudo, al final del día, mi energía se agota casi por completo. Pero igualmente, la satisfacción que experimento cada vez que los beneficiarios están satisfechos con la ayuda recibida y consiguen superar las dificultades (y tienen éxito sobre todo en la escuela, pero también en su vida privada), me aporta la energía suficiente para continuar y seguir en esta profesión y mejorar mis competencias.